La evolución y el cambio marcan el día a día en cualquier área del sector industrial. Hoy el reto es el desarrollo de las smart factories que protagonizan herramientas como big data, machine learning, virtualización, robotización colaborativa o digitalización de procesos. Factores comunes en las llamadas ‘fábricas inteligentes’ que exploran sistemas perspicaces de autocontrol y capacidad de recuperación para gestionar el mayor número posible de dispositivos conectados.
La automatización de procesos y el intercambio de información con el exterior son las metas que se buscan alcanzar en la nueva era. Muchas de las operaciones que no aportan valor al producto final, y que hace unos años eran realizadas por seres humanos, hoy las ejecutan vehículos de forma autónoma. Y si, además, al mismo tiempo, permiten aportar inteligencia a sus recorridos, la ventaja es óptima. Esta nueva industria, gracias a la utilización de los últimos avances tecnológicos, permite y facilita la adaptación total a los gustos del cliente final, dando respuesta inmediata. Un gran avance hacia la customización. Gracias al análisis de datos (big data), podrá incluso adelantarse a las necesidades, facilitando la solución adecuada.
Pero, ¿qué es la automatización? Es la utilización de maquinaria para la realización de procesos de manera autónoma, sin intervención directa del ser humano. Tareas repetitivas, en las que la mano del hombre no aporta valor al producto final. Esta herramienta habilitadora de la Industria 4.0 permite la disminución de recursos necesarios -entre ellos, y el más importante, es la mano de obra, que habitualmente es el más costoso-; la reducción de costes se traduce en una mayor productividad y eficiencia consiguiendo optimizar los recursos productivos; solo se puede aplicar a la realización de labores estandarizadas, en las que las acciones a desarrollar están muy bien parametrizadas; esto mejora la ergonomía de los empleados que pasan a realizar tareas en las que aportan un valor añadido; y, al mismo tiempo, se incrementa la calidad y la seguridad. En definitiva, un AGV -vehículo de guiado automático- se utiliza para transportar materiales desde distintos puntos de carga a lo largo de las instalaciones de una planta.
Fuente: ASTI